Día 5 |
Klaksvik- Viðareiði-Kalsoy |
Por la mañana, tras el desayuno, partiremos hacia Viðareiði en otro recorrido espectacular camino del extremo norte del archipiélago. En nuestro camino disfrutaremos de los paisajes feroesas en toda su magnitud. Viðareiði se encuentra en el extremo más septentrional de la isla de las Islas Feroe, una aldea de granjas en el extremo más septentrional del Archipiélago que no dejará de sorprendernos.
A continuación, regresaremos para ir, vía Ferry en apenas 20 minutos, a la isla de Kalsoy, una estrecha franja de tierra que culmina en el Faro de Kallur. Pero antes, nos espera el pequeño pueblo de Mikladalur y la leyenda de la mujer foca.
La leyenda de Kópakonan, también conocida como la Mujer Foca, es una de las historias más famosas de las Islas Feroe. Esta leyenda se origina en la isla de Kalsoy, una de las más septentrionales del archipiélago. Según la tradición, las focas eran antiguamente seres humanos que decidieron vivir en el mar, adoptando la forma de focas. Una vez al año, en la víspera de los Tres Reyes, estas criaturas regresaban a la costa, se despojaban de su piel de foca y recuperaban su forma humana para bailar y celebrar durante toda la noche.
La historia cuenta que un joven granjero de Mikladalur, un pequeño pueblo en Kalsoy, se enamoró de una de estas mujeres focas. Una noche, mientras las focas estaban en la playa, el joven robó la piel de una de ellas, impidiéndole regresar al mar. La mujer, ahora atrapada en su forma humana, se vio obligada a casarse con el granjero y tuvieron varios hijos.
A pesar de vivir con el granjero, la mujer foca siempre añoraba el mar. Un día, mientras su esposo estaba en el campo, encontró su piel de foca escondida y, sin dudarlo, se la puso y regresó al océano, dejando atrás a su familia humana. Antes de irse, le pidió a su esposo que cuidara bien de sus hijos.
La leyenda de Kópakonan no termina aquí. Se dice que la mujer foca lanzó una maldición sobre los hombres de Mikladalur, condenándolos a morir en el mar. Esta maldición se ha convertido en parte del folklore local y se cree que todos los hombres del pueblo están destinados a perecer en el océano.
Hoy en día, una estatua de Kópakonan se erige en la costa de Mikladalur, recordando a los visitantes la trágica historia de amor y pérdida que forma parte del rico patrimonio cultural de las Islas Feroe. La figura de la mujer foca, con su mirada melancólica hacia el mar, simboliza la eterna conexión entre los habitantes de las islas y el océano que los rodea.
Alojamiento: Hotel Runavík (3*) A+D