Jordania es, sin lugar a dudas, la joya de la biodiversidad de los países árabes y un lugar increíble en el que compaginar las actividades de la naturaleza con la visita a su rico patrimonio cultural e histórico del que sobresale Petra, la capital nabatea, considerada una de las siete maravillas del mundo moderno.
El Reino hachemita de Jordania, que una vez cautivara a los antiguos viajeros, entre los que distinguimos a Lawrence de Arabia que dejó manifiesto de este país en su libro “Los siete pilares de la sabiduría”
Desde las evocadoras y antiguas estepas de Wadi Rum, donde el agua y el viento han labrado estos espectaculares paisajes que según el propio Lawrence ha descrito como “inmenso, solitario, como tocado por la mano de Dios” hasta el bullicioso centro de Amán y desde las majestuosas ruinas de antiguas civilizaciones como Petra, “una ciudad de color rojizo, casi tan antigua como el mismo tiempo”, según narra Dean Burgem, hasta el esplendor atemporal del Mar Muerto con sus cristales de sal en sus orillas, y las aguas del Mar Rojo en Aqaba, Jordania se revela como un destino único de lugares de interés imponentes y misteriosos.