Tíbet es un extenso país con un área de 2.5 millones de kilómetros cuadrados. Ubicado en el centro de Asia destaca no sólo por su imponente geografía sino también por su profunda cultura, basada en la compasión, la paz, y el conocimiento de uno mismo.
Hasta 1950 Tíbet estaba compuesto por tres grandes provincias: Amdo, Kham y U Tsang. Tras la invasión por parte de China en 1950 se llevó a cabo un proceso de fraccionamiento del territorio tibetano, efectuándose una diferente división administrativa del mismo. De una parte, China creó la Región Autónoma de Tibet (R.A.T.) mediante la unión de U Tsang con Kham occidental y, de otra, distribuyó Amdo entre las provincias chinas de Qinghai, Gansu y Sichuan y repartió e incorporó los restos de Kham a sus provincias de Sichuan, Yunnan y Qinghai.